MESTIZAJE EN ÁMERICA
El mestizaje en América se dio debido a la colonización española y portuguesa en este continente. En los primeros tiempos, ilegitimidad y mestizaje llegaron a ser categorías equivalentes. Este mestizaje generó un sistema de castas en las colonias. En 1549, Carlos V prohibió que mulatos, mestizos y cualquier hijo ilegítimo pudiera acceder a cualquier cargo municipal, posición pública o repartimiento en las Indias. No tener sangre pura española era signo de inferioridad, y cuanto más «sangre» española, mayor era la jerarquía social del individuo; incluso para tener acceso a la educación superior había que presentar un examen de «pureza de sangre».

JERARQUÍAS SOCIALES
Castas
La sociedad novohispana era una sociedad racista, multiétnica, multilingüe y estructurada según una fuerte jerarquía de «castas sociales».
La clase dominante estaba formada por los blancos que incluía a los españoles peninsulares y a sus hijos, los llamados «criollos», aunque también relegados en comparación con los peninsulares. Sin embargo, algunos mestizos podían ser tenidos por blancos puros si accedían a tener fortuna y podían acceder a una posición económica y social privilegiada.
Existía una rivalidad entre los españoles peninsulares - los encomenderos, los nobles, los altos funcionarios de la Corona y los altos dignatarios eclesiásticos - y los criollos, o españoles nacidos en América, quienes tenían menos derechos y estaban relegados a un papel secundario en la administración.
Ilegitimidad y mestizaje
En América latina el mestizaje se convirtió en un importante vehículo de aculturación y, con mucha frecuencia, coincidieron el cruzamiento racial y la fusión cultural.
La ley española prohibía el matrimonio entre un funcionario español peninsular en ejercicio y una criolla; es decir, mujer blanca nacida en América de descendiente de españoles. Esto no impedía que se efectuaran uniones de hecho entre mujeres criollas y funcionarios españoles.
Las uniones matrimoniales legítimas sancionadas por el credo católico existían se realizaban preferentemente entre personas del mismo grupo étnico por lo que el sustrato de la ilegitimidad marcará definitivamente a los hijos nacidos de las uniones extramatrimoniales interraciales. En Lima, por ejemplo, durante los siglos XVII y XVIII, el 91,2 % de los matrimonios legítimos fueron entre personas del mismo grupo étnico. En 1778 se prohibieron las uniones entre miembros de distintos grupos étnicos a no ser que contaran con el consentimiento paterno.
Mestizo llegó a ser sinónimo de ilegítimo.
El color de la sangre
Al comienzo de la conquista los españoles despreciaban a los indios tanto como los indios a los españoles. Según el historiador Jorge Basadre:
"Por su ignorancia del cristianismo, de la escritura, del dinero, del hierro, de la rueda, de la pólvora, de la monogamia, de muchas plantas y animales, los indios aparecieron como bárbaros ante los españoles. Por su destrucción de andenes, caminos, terrazas, templos, ciudades, graneros y tributos, por su rapiña, su crueldad, su lascivia y hasta su superioridad guerrera, los españoles aparecieron como bárbaros ante los indios."
Con el tiempo, para cualquier súbdito de los territorios americanos lo «natural» era una estratificación social definida en relación con la ascendencia española, es decir, cuanto más directa la genealogía con el conquistador, cuanto más «sangre» española, mayor era la jerarquía social.
Entre los españoles peninsulares resultaba más fuerte el sentido del linaje, el culto del honor y la conciencia genealógica que entre los indios.
"Si tener sangre limpia en España significaba no tener mezcla de sangre mora o judía, en América equivalía a no tener mezcla de sangre india o negra, ya que tenerla era denigrante. Para mantener el linaje, las señoritas de buena familia debían casarse con funcionarios reales o con comerciantes peninsulares."
La «pureza de la sangre» importaba tanto como en España demostrar no ser descendiente de nuevos cristianos. No tener sangre pura española era signo de inferioridad. En 1549 Carlos V prohibió que mulatos, mestizos y cualquier hijo ilegítimo pudiera acceder a ningún cargo municipal, posición pública o repartimiento en las Indias. En 1600 Felipe III ordenó realizar una investigación en Perú porque llegó a oídos de la corona que había mestizos en posiciones públicas. En 1621 la corona española prohibió que mestizos o mulatos pudieran ser escribanos, clara prueba de que ya había algunos de ellos letrados.
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